Cuando conoces a alguien y sientes que toda la intensidad del universo se concentra en ti, es fácil creer que has encontrado el amor de tu vida. Mensajes constantemente, llamadas en cualquier momento del día, regalos inesperados, promesas de un futuro juntos… todo parece un cuento de hadas hecho realidad. Pero, ¿qué ocurre cuando esa intensidad que parecía romántica se convierte en sofocación?