Bruxismo

¿Qué es el bruxismo?

Podríamos definir el bruxismo por el hábito inconsciente de rechinar o apretar los dientes como una forma de liberar el estrés. El bruxismo puede provocar pérdidas de piezas dentales a dolor muscular o de cabeza, lo que suponga que muchas personas acudan al odontólogo en lugar de preguntarse algo sobre su malestar.

Podríamos decir que encontramos dos tipos de bruximos, el diurno que suele estar más relacionado con apretar los dientes y el nocturno que suele ser más frecuente rechinar la dentadura. Ambos tipos de bruximo pueden afectar desde edades tempranas a la vejez y no se encuentran diferencias entre ambos sexos, de momento.

Tratamiento

Algunos afirman que el bruxismo puede desaparecer por sí solo en cualquier momento de la vida, otros que sobre los 40 años desaparece sin tener que haber realizado ningún tratamiento, mientras que otros afirman que una terapia psicológica es fundamental para erradicarlo (siempre que no hagamos referencias a causas físicas) junto con un tratamiento odontológico.

Cuando una persona con bruxismo acude al odontólogo suelen indicarle diferentes posturas para dormir o disminuir el malestar, el problema es que con esto el bruxismo no termina, sólo se aminora.

Para poder erradicar este síntoma deberíamos de entender porqué sucede, a qué se debe más allá de una posible acción para escapar del estrés y la ansiedad.De esta manera, si entendemos el bruxismo como un síntoma y lo eliminamos, la ansiedad que lo provoca necesitará de otro síntoma para dar salida  a esa ansiedad por lo que se generará otro síntoma.

Desde mi punto de vista sería importante e interesante conocer cuál es el origen de la ansiedad que ha creado el bruxismo y otros posibles síntomas.

Crisis de angustia

Pánico.

La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso.

Durante un ataque de pánico o crisis de angustia se presenta al individuo una súbita aparición de un nivel elevado de ansiedad y excitación fisiológica sin causa aparente. La aparición de estos episodios de miedo intenso es generalmente abrupta y suele no tener un claro desencadenante. Los ataques de pánico se manifiestan como episodios que irrumpen abrupta e inesperadamente sin causa aparente y se acompañan de síntomas asociados al miedo, tales como hipertensión arterial súbita, taquicardia, dificultad respiratoria (disnea), mareos e inestabilidad, sudoración, vómitos o náuseas, síntomas todos ellos coherentes con el miedo que los provoca. Generalmente acompaña a la crisis una extrañeza del yo junto a una percepción de irrealidad y de no reconocimiento del entorno.

Los ataques de pánico no duran mucho pero son tan intensos que la persona afectada los percibe como muy prolongados. A menudo el individuo siente que está en peligro de muerte inminente y tiene una necesidad imperativa de escapar de un lugar o de una situación temida (aspecto congruente con la emoción que el sujeto está sintiendo). El hecho de no poder escapar físicamente de la situación de miedo extremo en que se encuentra el afectado acentúa sobremanera los síntomas de pánico.

Experimentar un ataque de pánico es una terrible, incómoda e intensa experiencia que suele relacionarse con que la persona restrinja su conducta, lo que puede conducir, en casos, a adoptar conductas limitativas para evitar la repetición de las crisis. El trastorno puede desembocar en agorafobia, por miedo a presentar nuevas crisis si se presenta una fuerte conducta evitativa en el afectado.